• Carta a la Dirección General de Consumo

    Muy Sr.mío:

    Al igual que hace unos años sufrimos la burbuja tecnológica antes, sobre los años 70 se vivió el Boom Filatélico. Por aquel entonces la empresa de bandera se llamaba Cafisa.

    Desde el año 1974 al 82 esta empresa pasa de 21 a 39 oficinas repartidas por toda España. Cafisa, al igual que sus predecesoras y sucesoras utiliza nombres y términos financieros para dar una credibilidad que no es real.
    Cafisa tenía gran actividad en el mercado filatélico: subastas, ofertas de compra...también tenía patrocinios deportivos, afición heradada por Fórum Filatélico, gustándole a ambas el baloncesto.

    Ante esta enorme expansión de la empresa y viéndose a salvo de cualquier contratiempo, el presidente de Cafisa envía al ministro de economía Miguel Boyer una carta en la que propone la necesidad de que la Administración materialice una normativa y una inspección sobre este sector, ya que se trata, según éste, de un tema grave sobre el que no existe legislación específica alguna ni control suficiente para evitar las actividades de ciertas empresas, que en algunos casos actúan con la más absoluta insolvencia moral, técnica o financiera.

    En 1984 el imperio Cafisa se derrumba, llevándose por delante 27.900 coleccionistas y 10.000 millones de pesetas. Pero esto es sólo el principio. Después vendría Banfisa, con estafa a 146 ahorradores y 200 millones estafados.

    En enero de 2005 Ugefisa, empresa que llevaba 20 años operando con valores filatélicos se esfuma sin dar explicaciones. Y tendremos que esperar poco, a mayo de 2006 para que vuelva a saltar el escándalo relacionado con este tipo de empresas: Fórum y Afinsa, empresas de bandera en este sector son acusadas de estafar a más de 350.000 clientes y provocar con ello un agujero patrimonial de casi 4.000 millones de €. resulta increible, que aunque hayan ido cayendo todas cual castillo de naipes, y advertido el Estado de la necesidad de regular por uno de los propios estafadores, éste no solamente no ha cumplido con esta obligación, amparada en la Constitución en su artículo 51, donde dice que los poderes públicos garantizarán la defensa de los consumidores y usuarios, protegiendo, mediante procedimientos eficaces la seguridad, la salud y los legítimos intereses económicos de los mismos.

    Al no regular el sector de los bienes tangibles el Estado ha dejado desamparados a los clientes de estas sociedades, ya que con cada una de las caídas las supervivientes se hacían más fuertes, como Fórum y Afinsa, con más de 30 años en el mercado y con una imagen impoluta que nada tenía que ver con la realidad. La realidad es que ambas han caido cual fruta madura, sin que el Estado, en casi 30 años, haya tenido en ningún momento la intención de regular este sector, ni por ende de proteger a los miles de ciudadanos que invirtieron en ellas su ahorros, creyendo que el estado, ante la evolución y desenlace de casos anteriores estaba cumpliendo con sus obligaciones, in vigilandum, cuando en realidad estaba in descansandum o in moribundum.

    Pero claro, la culpa será nuestra.

    Grupo E-Movilízate
    Afectados Filatélicos

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